Perder el trabajo, especialmente de forma inesperada, puede ser una experiencia traumática y confusa. Si te encuentras en la situación de haber sido despedido de forma objetiva, es importante que sepas qué hacer para proteger tus derechos y afrontar la situación de la mejor manera posible.
En este artículo, te proporcionaremos una guía completa sobre qué hacer si me despiden de forma objetiva en España, incluyendo sus causas, consecuencias y los pasos a seguir si te encuentras en esta situación. Además, te ofreceremos información sobre cómo reclamar un despido objetivo por la vía judicial y la indemnización que te corresponde.
El despido objetivo es una modalidad de despido regulada en el artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores que se produce por causas ajenas a la voluntad del trabajador y que no están relacionadas con su desempeño o conducta.
A diferencia del despido disciplinario, el despido objetivo no se basa en una falta o incumplimiento por parte del trabajador, sino en motivos económicos, técnicos, organizativos o de producción que obligan a la empresa a extinguir la relación laboral.
Las causas que pueden justificar un despido objetivo se dividen en cuatro categorías:
Causas económicas:
Dificultades económicas persistentes: Se consideran dificultades económicas persistentes aquellas que afectan a la viabilidad de la empresa y que no son coyunturales. Para determinar si las dificultades son persistentes, se deben analizar diversos indicadores, como los resultados económicos de los últimos ejercicios, la evolución de la deuda, la capacidad de generar beneficios, etc.
Pérdida continuada de ingresos: Se considera pérdida continuada de ingresos una disminución sostenida de las ventas o ingresos de la empresa que no se deba a factores externos imprevisibles. La pérdida debe ser significativa y tener un impacto negativo en la rentabilidad de la empresa.
Cese de actividad de la empresa: El cese de actividad puede ser total o parcial. En el caso de un cese total, la empresa desaparece por completo. En el caso de un cese parcial, la empresa deja de desarrollar una parte de su actividad o cierra uno o varios de sus centros de trabajo.
Causas técnicas:
Modernización de la maquinaria o instalaciones: La modernización de la maquinaria o instalaciones puede implicar una disminución de la plantilla si las nuevas tecnologías requieren menos mano de obra. La empresa debe demostrar que la modernización es necesaria para mejorar la competitividad o la eficiencia de la empresa.
Modificaciones sustanciales en el modo de producción: Las modificaciones sustanciales en el modo de producción pueden implicar cambios en los métodos de trabajo, la organización de la producción o la estructura de la plantilla. La empresa debe demostrar que las modificaciones son necesarias para mejorar la competitividad o la eficiencia de la empresa.
Implementación de nuevas tecnologías: La implementación de nuevas tecnologías puede implicar una disminución de la plantilla si las nuevas tecnologías requieren menos mano de obra. La empresa debe demostrar que la implementación de las nuevas tecnologías es necesaria para mejorar la competitividad o la eficiencia de la empresa.
Causas organizativas:
Reorganización interna de la empresa: La reorganización interna de la empresa puede implicar cambios en la estructura organizativa, la distribución de funciones o la ubicación de los centros de trabajo. La empresa debe demostrar que la reorganización es necesaria para mejorar la eficiencia o la competitividad de la empresa.
Supresión de departamentos o puestos de trabajo: La supresión de departamentos o puestos de trabajo se produce cuando la empresa elimina una unidad organizativa o un tipo de puesto de trabajo determinado. La empresa debe demostrar que la supresión es necesaria para mejorar la eficiencia o la competitividad de la empresa.
Modificación sustancial de las condiciones de trabajo: Las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo pueden afectar al horario, el salario, las funciones o el lugar de trabajo del trabajador. La empresa debe demostrar que las modificaciones son necesarias para mejorar la eficiencia o la competitividad de la empresa y que no perjudican injustificadamente al trabajador.
Causas de producción:
Disminución de la demanda de productos o servicios: La disminución de la demanda puede ser debida a diversos factores, como cambios en los gustos de los consumidores, la aparición de nuevos competidores o una crisis económica. La empresa debe demostrar que la disminución de la demanda es real y duradera y que no se puede compensar con otras medidas.
Pérdida de clientes o mercados: La pérdida de clientes o mercados puede ser debida a diversos factores, como la mala calidad de los productos o servicios, la competencia de otras empresas o una crisis económica. La empresa debe demostrar que la pérdida de clientes o mercados es real y duradera y que no se puede compensar con otras medidas.
Incapacidad para competir en el mercado: La incapacidad para competir en el mercado puede ser debida a diversos factores, como la alta competencia, los elevados costes de producción o la obsolescencia de los productos o servicios. La empresa debe demostrar que ha realizado todos los esfuerzos posibles para mejorar su competitividad y que, a pesar de ello, no ha logrado resultados positivos.
Existen ciertas situaciones en las que el despido objetivo no es válido, incluso si la empresa alega alguna de las causas mencionadas anteriormente. Entre ellas se encuentran:
Despidos discriminatorios: No se puede despedir a un trabajador por motivos de raza, sexo, religión, ideología, edad u otra condición personal.
Despidos nulos: Son aquellos que se realizan de forma fraudulenta o vulnerando derechos fundamentales del trabajador.
Despidos improcedentes: Se producen cuando la empresa no puede acreditar las causas objetivas del despido o no se ha seguido el procedimiento legal correcto.
Si estás ante un despido objetivo, lo que deberás hacer es lo siguiente:
1. Solicita la carta de despido:
Lo primero que debes hacer es solicitar a la empresa una carta de despido por escrito. La empresa está obligada a entregarte este documento donde se especifiquen las causas del despido, la fecha de efecto del mismo y la indemnización que te corresponde.
2. Lee atentamente la carta de despido:
Es importante que leas detenidamente la carta de despido para asegurarte de que toda la información sea correcta y completa. Comprueba que se especifiquen claramente las causas del despido, que la indemnización sea la que te corresponde según la ley y que la fecha de efecto del despido sea la correcta.
3. Consulta con un abogado laboralista:
Te recomendamos que consultes con un abogado laboralista lo antes posible. Un abogado te ayudará a analizar tu caso en concreto, determinar si el despido es procedente o improcedente y asesorarte sobre las opciones legales que tienes a tu disposición. El abogado te podrá informar sobre tus derechos, los plazos para impugnar el despido y las posibilidades de éxito de una reclamación.
4. Decide si impugnar el despido:
Si consideras que tu despido es improcedente, puedes impugnarlo ante la jurisdicción social. Tienes un plazo de 20 días hábiles desde la fecha de despido para presentar una demanda. En la demanda, deberás exponer los motivos por los que consideras que el despido es improcedente y solicitar la readmisión en el puesto de trabajo o, en su defecto, la indemnización correspondiente.
5. Cobra la indemnización:
Si el despido es procedente, tienes derecho a cobrar una indemnización de 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. La empresa debe pagarte la indemnización en el momento del despido.
Si decides impugnar tu despido objetivo, deberás hacer lo siguiente:
1. Reúne la documentación necesaria:
2. Contacta con un abogado laboralista:
Es importante que consultes con un abogado laboralista lo antes posible. Un abogado te ayudará a analizar tu caso en concreto, determinar si el despido es improcedente y asesorarte sobre las opciones legales que tienes a tu disposición. El abogado te podrá informar sobre tus derechos, los plazos para impugnar el despido y las posibilidades de éxito de una reclamación.
3. Presenta la demanda:
La demanda debe presentarse ante el Juzgado de lo Social del partido judicial donde se encuentra la empresa. En la demanda, deberás exponer los siguientes puntos:
4. El desarrollo del proceso judicial:
Una vez presentada la demanda, se dará traslado a la empresa para que presente su contestación. A continuación, se celebrará un juicio en el que ambas partes expondrán sus argumentos y presentarán sus pruebas. Finalmente, el juez dictará sentencia, en la que resolverá si el despido es procedente o improcedente.
5. Posibles resultados:
La indemnización que te corresponde en caso de despido objetivo es de 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades.
La indemnización por despido objetivo se calcula mediante la siguiente fórmula:
Indemnización=Salario diario x Días de indemnización
Explicación de la fórmula:
Salario diario: Para obtener el salario diario, se deben seguir estos pasos:
Salario bruto anual: Suma los salarios brutos de todas las nóminas del último año trabajado.
Salario bruto mensual: Divide el salario bruto anual entre 12 meses.
Salario diario: Divide el salario bruto mensual entre 30 días.
Días de indemnización: El número de días de indemnización que te corresponden se calcula multiplicando los años trabajados por 20 días. Sin embargo, existe un máximo de 12 mensualidades, lo que significa que la indemnización no puede superar el equivalente a 12 meses de salario bruto.
Ejemplo de cálculo:
Supongamos que:
Has trabajado en la empresa durante 5 años.
Tu salario bruto mensual es de 2.000€.
Cálculo de la indemnización:
Salario diario: 2.000€ (salario bruto mensual) / 30 días=66,67€ (salario diario)
Días de indemnización: 5 años (antigüedad) x 20 días/año=100 días
Indemnización: 66,67€ (salario diario) x 100 días=6.667€
En este caso, la indemnización que te correspondería por despido objetivo sería de 6.667€. También puedes usar la calculadora de finiquito.
¿Me han de pagar finiquito a parte de la indemnización en caso de despido objetivo?
Sí, en caso de despido objetivo, además de la indemnización legal, también tienes derecho a cobrar el finiquito.
El finiquito es una liquidación final de las cantidades que la empresa adeuda al trabajador al extinguirse el contrato de trabajo.
En el finiquito se incluyen:
El cálculo del finiquito se realiza de acuerdo con el Convenio Colectivo aplicable a la empresa y el trabajador.
Es importante que solicites a la empresa la entrega del finiquito en el momento del despido. Este documento debe estar firmado por ambas partes y detallar todas las cantidades incluidas en la liquidación.
Si la empresa se niega a entregar el finiquito o si consideras que el cálculo no es correcto, puedes reclamar tus derechos ante la jurisdicción social.
¿Tengo derecho a paro en caso de despido objetivo?
Sí. Para cobrar la prestación por desempleo en caso de despido objetivo, debes cumplir los requisitos generales para acceder al paro, como tener cotizaciones suficientes y haber trabajado un tiempo mínimo durante la última etapa laboral.
Es importante tener en cuenta que el despido objetivo no te penaliza a la hora de cobrar el paro. La duración de la prestación se calculará en función de las cotizaciones acumuladas y la modalidad de contrato que tenías.
¿Con cuánta antelación me tienen que avisar de un despido objetivo?
El artículo 53.1.c) del Estatuto de los Trabajadores establece que:
"En caso de despido objetivo, el empresario deberá avisar al trabajador con un preaviso de quince días."
Es importante que la empresa te entregue una comunicación por escrito donde se especifique el preaviso de 15 días..
Si no te han entregado esta comunicación o si el plazo de preaviso no es el correcto, puedes impugnar el despido ante la jurisdicción social.
¿Cómo diferenciar un despido objetivo de un despido improcedente?
La principal distinción entre un despido objetivo y uno improcedente reside en las causas que lo motivan.
Despido objetivo:
Características del despido objetivo:
Despido improcedente:
Características del despido improcedente:
Consecuencias del despido improcedente:
¿En qué casos un despido objetivo puede ser un despido improcedente?
Si bien un despido objetivo se basa en causas ajenas a la voluntad del trabajador (económicas, técnicas, organizativas o de fuerza mayor), existen diversas circunstancias en las que puede ser declarado improcedente por la jurisdicción social.
1. Falta de acreditación de las causas:
2. Incumplimiento de requisitos formales:
3. Vulneración de derechos fundamentales:
4. Otras situaciones:
Es importante tener en cuenta que cada caso es único y debe ser analizado por un abogado laboralista para determinar si un despido objetivo puede ser declarado improcedente.
Un despido objetivo, aunque desafortunado, no tiene que ser el final del camino. Enfrentarlo con conocimiento, pasos firmes y la asesoría adecuada puede marcar la diferencia.
En Català Reinón te ofrecemos un servicio de consulta con abogados laboralistas expertos en despidos. Te ayudarán a analizar tu caso, determinar si el despido es procedente o improcedente y defender tus derechos.
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